"En España falta una educación potente sobre gestión clínica veterinaria"

Antonio Cruz es el presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Veterinarios Especialistas Diplomados de España (AVEDE), que surge para defender el espacio profesional de los diplomados veterinarios en especialidades reconocidos por el Consejo Europeo de Especialización Veterinaria. Tiene una amplia experiencia como profesor universitario pero también en el sector privado, como socio propietario de una clínica para caballos, y conoce bien el sistema veterinario anglosajón, ya que es en el Reino Unido donde ha desarrollado buena parte de su carrera profesional. «En mi opinión», señala, «el sistema anglosajón a nivel clínico tiene mayor profesionalización, está más desarrollado que lo que mi experiencia con el sector clínico en España».

Respecto a la situación y posible evolución del sector clínico veterinario en España, Antonio Cruz apunta: «Yo creo que como veterinarios clínicos tenemos que entender nuestra profesión como un negocio. Es así, es una industria, y no debemos pedir perdón por esto», y añade que «parece que durante mucho tiempo nos daba miedo hablar de lo que es el negocio veterinario», y no debe estar reñido el aspecto vocacional que muchas veces anima la profesión con el del negocio.

Antonio Cruz recuerda que en España el negocio veterinario «muchas veces es un negocio individual o de muy pocos socios, y cuando llega el momento en que esta gente se jubila, la estrategia de salida es inexistente». Esto difiere a lo que él ha vivido en el sistema anglosajón, donde «el negocio veterinario es una rueda en la que los veterinarios entran, y durante su carrera la gran mayoría se hacen propietarios. Y cuando te jubilas, transfieres tu participación en ese negocio y obtienes unos réditos económicos según todo el trabajo que has realizado durante tu vida».

Sin embargo, esta situación no se da en el sistema español, y Antonio Cruz cree que «falta una educación potente sobre gestión clínica veterinaria y sobre el negocio de la veterinaria». Ante la motivación vocacional de muchos estudiantes, Cruz recuerda que «vale, la Veterinaria va de animales, pero es que va de personas también, porque realmente con el que tenemos que tratar es con la persona, y lo que mayor estrés nos da en el día a día es la relación con el propietario». Para el presidente de AVEDE lo que está llevando «a tantísima decepción y a tantísimas crisis en la gente joven es que quizás no se les ha preparado para esa situación». Ahí está una de las claves: «hay que preparar para lo que es el negocio de la veterinaria, que no está reñido con ser un gran veterinario, al contrario».

Pero la preparación de los futuros veterinarios no es el único problema que debe afrontarse desde las facultades. «La profesión veterinaria se sustenta en varias patas», explica Antonio Cruz. «Está la parte educativa, la parte profesional y la parte de los negocios. Esas partes se tienen que hablar y coordinarse, pero en España no sucede», y pone como ejemplo la apertura de nuevas facultades de Veterinaria «sin consultar conjuntamente con la profesión». Para Antonio Cruz «lo normal es que hubiera una mesa donde se sentasen tanto el Consejo General como las universidades, la patronal, los sindicatos, y que ahí se acordaran muchísimas cosas, como las necesidades del sector, el número de veterinarios, la calidad y el programa formativo».

Abundando en la formación de los veterinarios, Antonio Cruz considera que es clave que haya una escala formativa profesional, «que no existe a día de hoy, y está pendiente que se cree, se genere, y que además sea un instrumento para la industria veterinaria clínica, es decir, que a los dueños de las clínicas les sirva para poder atraer ese talento y que lo puedan integrar en su estructura profesional». Pero para ello, considera fundamental «poner un poquito de orden» en la escala formativa, que es «una de las cosas que reclama AVEDE». Para Antonio Cruz, que todavía no estén establecidas las diplomaturas veterinarias dentro de un programa formativo «me parece que es vivir un poco de espaldas a lo que es la realidad profesional en el sector privado».

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